Un año después de la devastadora DANA que golpeó Valencia, Sanir celebró un emotivo acto de recuerdo a las víctimas de aquella tragedia y de gratitud a todos sus trabajadores y trabajadoras de ambulancias que, con entrega y corazón, dedicaron su tiempo y esfuerzo a ayudar cuando más se les necesitaba.
Tras unas primeras palabras de Miguel Blanes, jefe de servicio del TSU, se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas. Un gesto colectivo para recordar que, frente a la adversidad, siempre hay manos dispuestas a ayudar y llevar esperanza.
El momento más emotivo llegó cuando Carlos Huesa, director general de estrategia y diversificación en Alsa y Juan Galán, director general en Sanir, descubrieron una placa con la palabra “GRACIAS” grabada en el centro, rodeada por los nombres de todos los trabajadores de Sanir que participaron, de forma voluntaria, en las labores de emergencia y recuperación. Un símbolo sencillo, pero lleno de significado: el reconocimiento eterno a quienes no dudaron en ponerse el uniforme y ofrecer unas manos cargadas de solidaridad, compromiso y humanidad.
“A todos vosotros —conductores, técnicos, sanitarios, coordinadores, y a cada persona que participó—: gracias por demostrar que el valor no necesita aplausos, que la entrega no pide recompensa y que el compromiso no entiende de horarios. Hoy decimos gracias, pero sobre todo decimos que estamos orgullosos de vosotros”, destacó Juan Galán.
Aquel temporal dejó tras de sí dolor y destrucción, pero también una enorme lección de unidad. Un equipo de 55 trabajadores de distintas áreas de Sanir -TES, enfermeros, personal de logística y taller- se desplazó de manera voluntaria hasta la zona afectada, con ambulancias, vehículos todo terreno y otros vehículos auxiliares cedidos por la empresa. Y allí permanecieron durante semanas, trabajando de día y de noche, para rescatar, trasladar enfermos, acompañar a ancianos, llevar medicación donde nadie podía llegar y devolver la normalidad a cientos de hogares y espacios públicos. Su esfuerzo fue, para muchos vecinos, una luz en medio del caos.
Con este homenaje, Sanir reafirma su compromiso con las personas y el poder del trabajo en equipo. Porque, cuando la naturaleza golpea, la solidaridad es la mejor medicina.













